LOS TRES CERDITOS : EL CUENTO A LO LARGO DE LA HISTORIA
VERSIÓN ACTUAL
DISNEY
Tres
cerditos hacen sus casas, pero para tardar menos y jugar, los dos primeros las
hacen de paja y maderas, mientras el mayor se esfuerza más y la hace de
ladrillo.
Cuando llega el lobo, soplando tira las casas del primero y luego del segundo,
que se refugian en la del tercero. Como no puede tirar la última casa soplando,
trata de entrar por la chimenea, pero los cerditos
preparan un caldero y el lobo huye abrasado.
Este cuento es un cuento popular que no tiene una
versión original clara y definida. Algunos de
los cuentos de Perrault y los hermanos Grimm son similares, aunque ninguna es
una versión oficial de este cuento que ayudó a popularizar disney en los años 30.
VERSIÓN 1
En un ancho valle vivían tres pequeños
cerditos, muy diferentes entre sí, aunque los dos más pequeños se pasaban el
día tocando el violín y la flauta. El hermano mayor, por el contrario, era más
serio y trabajador.
Un día el hermano mayor del dijo: - Estoy muy preocupado por vosotros, porque
no hacéis más que jugar y cantar y no tenéis en cuenta que pronto llegará el
invierno. ¿Que haréis cuando lleguen las nieves y el frío? Tendríais que
construiros una casa para vivir.
Los pequeños agradecieron el consejo del mayor y se pusieron a construir una
casa. El más pequeño de los tres, que era el más juguetón, no tenía muchas
ganas de trabajar y se hizo una casa de cañas con el techo de paja. El otro
cerdito juguetón trabajó un poco más y la construyó con maderas y clavos. El
mayor se hizo una bonita casa con ladrillos y cemento.
Pasó por aquel valle el lobo feroz, que era un animal malo. Al ver al más
pequeño de los tres cerditos, decidió capturarlo y comenzó a perseguirle. El
juguetón y rosado cerdito se refugió en su casa temblando de miedo. El lobo, al
ver la casa de cañas y paja, comenzó a reírse.
- ¡Ja, ja! Esto no podrá impedir que te agarre -gritaba el lobo mientras
llenaba sus pulmones de aire.
El lobo comenzó a soplar con tanta fuerza que las cañas y la paja salieron por
los aires. Al ver esto, el pequeño corrió hasta la casa de su hermano, el
violinista. Como era una casa de madera, se sentían seguros creyendo que el
lobo no podría hacer nada contra ellos.
- ¡Ja, ja! Esto tampoco podrá impedir que os agarre, pequeños -volvió a gritar
el malvado lobo.
De nuevo llenó sus pulmones de aire y resopló con todas sus fuerzas. Todas las
maderas salieron por los aires, mientras los dos cerditos huyeron muy deprisa a
casa de su hermano mayor.
- No os preocupéis, aquí estais seguros. Esta casa es fuerte, He trabajado
mucho en ella -afirmó el mayor.
El lobo se colocó ante la casa y llenó, una vez más, sus pulmones. Sopló y
resopló, pero la casa ni se movió. Volvió a hinchar sus pulmones hasta estar
muy colorado y luego resopló con todas sus fuerzas, pero no logró mover ni un
solo ladrillo.
Desde dentro de la casa se podía escuchar cómo cantaban los cerditos:
- ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo? ¿Quién teme al lobo feroz?
Esta canción enfureció muchísimo al lobo, que volvió a llenar sus pulmones y
sus carrillos de aire y a soplar hasta quedar extenuado. Los cerditos reían
dentro de la casa, tanto que el lobo se puso muy rojo de enfadado que estaba.
Fue entonces cuando, al malvado animal, se le ocurrió una idea: entraría por el
único agujero de la casa que no estaba cerrado, por la chimenea. Cuando subía
por el tejado los dos pequeños tenían mucho miedo, pero el hermano mayor les
dijo que no se preocuparan, que darían una gran lección al lobo. Pusieron mucha
leña en la chimenea y le prendieron fuego. Así consigueron que el lobo huyera.
Los cerditos aprendieron después de esta aventura que:
ES IMPORTANTE HACER EL TRABAJO CON AFICION, SI DESEAS SALIR DE UNA DIFICIL
SITUACION.
VERSIÓN 2
Había una vez tres cerditos que eran
hermanos, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les
gustaba la música y cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño
tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano...
A los otros dos les pareció una buena idea, y
se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede
sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus
hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré
también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro
estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer
caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron
terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber
acabado con el problema. De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo
de hambre y gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo
Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo.
El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera
del hermano mediano.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó
delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a
refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.El lobo estaba realmente enfadado y
hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente
a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como
el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos
era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y
entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el
cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío
salió huyendo hacia el lago
Los cerditos no le volvieron a ver. El mayor
de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro
sus propias vidas.
Es un cuento
original y creativo, con una moraleja perfectamente válida hoy en día. Fomenta
en un mismo cuento el trabajo planificado y bien hecho, junto con el ingenio
para resolver los nuevos problemas según surgen. Un clásico con el que todos
aprendimos que antes de la diversión es la obligación.
VERSIÓN 3
En el
corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre
andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la
hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.
El mediano construyó una casita
de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para
irse a jugar con él.
El mayor trabajaba en su casa de
ladrillo.
- Ya veréis lo que hace el lobo
con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito
pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la
casita de paja derrumbó.
El lobo persiguió también al
cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano.
Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos
salieron pitando de allí.
Casi sin aliento, con el lobo
pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.
Los tres se metieron dentro y
cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la
casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó
hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al
fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió por el interior de la
chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó.
Escapó de allí dando unos
terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás
quiso comer cerdito.
VERSIÓN 4
La historia de los Tres cochinitos
Érase una vez, había una cochina que tenía tres cochinitos.
Los tres cochinitos crecieron tanto que su mamá les dijo— Son demasiado grandes
para vivir aquí más. Deben ir y construir sus propias casas. Pero tengan
cuidado que el lobo no les alcance. — Los tres cochinitos salieron juntos.
—Tendremos cuidado que el lobo no nos alcance — le dijeron.
Pronto se encontraron con un hombre que llevaba paja. — ¿Por
favor puede darme paja? —preguntó el primer cochinito. —Quiero construir mi
propia casa. — Por supuesto— dijo el hombre, y le dio la paja. El primer
cochinito construyó su casa con la paja y estaba muy contento con ella. Dijo —
¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!
El segundo cochinito y el tercer cochinito siguieron
caminando en la calle. Pronto se encontraron con un hombre que llevaba palos. —
¿Por favor puede darme algunos palos? — preguntó el segundo cochinito. —Quiero
construir mi propia casa. —Por supuesto— dijo el hombre, y le dio unos palos.
Luego el segundo cochinito construyó su propia casa de palos. Estaba más fuerte
que la casa de paja. El segundo cochinito estaba muy contento con su casa. Dijo
— ¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!
El tercer cochinito caminó solo a lo largo de la calle.
Pronto se encontró con un hombre que llevaba ladrillos. — ¿Por favor puede
darme unos ladrillos? — preguntó el tercer cochinito. —Quiero construir mi
propia casa. — Por supuesto— dijo el hombre, y le dio unos ladrillos. Luego el
tercer cochinito construyó su propia casa. Tardó mucho tiempo en construirla, y
era una casa bien fuerte. El tercer cochinito estaba muy contento con ella.
Dijo — ¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!
Al día siguiente, el lobo llegó. Se acercó a la casa de paja
del primer cochinito. Cuando el primer cochinito vio al lobo, corrió al
interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta y dijo—
—Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
— ¡No, no! — dijo el cochinito, —¡Nunca te dejaré entrar!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! —
dijo el lobo.
Sopló y resopló y sopló y resopló. El lobo derrumbó la casa
de paja, y comió al primer cochinito.
Al día siguiente, el lobo caminó a lo largo de la calle y
llegó a la casa de palos del segundo cochinito. Cuando el cochinito vio al
lobo, corrió al interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta
y dijo—
—Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
-
¡Nunca!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! — dijo
el lobo.
Sopló y resopló y sopló y resopló. El lobo derrumbó la casa
de palos, y comió al segundo cochinito.
Al día siguiente, el lobo caminó más alla y llegó a la casa
de ladrillo del tercer cochinito. Cuando el cochinito vio al lobo, corrió al
interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta y dijo—
— Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
— ¡No, no! — dijo el cochinito — ¡Nunca te dejaré entrar!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! —
dijo el lobo.
Sopló y resopló y sopló y resopló. Pero no derrumbó la casa
de ladrillo.
El lobo se enojó mucho. Dijo — Cochinito, voy a comerte.
Bajaré por tu chiminea para alcanzarte. — El cochinito estaba muy asustado pero
no dijo nada. Puso una olla grande de agua sobre el fuego. El lobo subió al
techo, luego bajó por la chiminea. El cochinito sacó la tapa de la olla, y
cuando el lobo salió de la chiminea, ¡se cayó en la olla con un gran chapoteo!
Eso fue el final del lobo.
VERSIÓN 5
Al lado de sus padres , tres cerditos habían
crecido
alegres en una cabaña del bosque. Y como ya
eran mayores, sus papas decidieron que era hora
de que construyeran , cada uno, su propia casa.
Los tres cerditos se despidieron de sus papas, y
fueron a ver como era el mundo.
El primer cerdito, el perezoso de la
familia , decidió
hacer una casa de paja. En un minuto la choza
estaba ya hecha. Y entonces se fue a dormir.
El segundo cerdito , un glotón , prefirió
hacer la
cabaña de madera. No tardo mucho en construirla.
Y luego se fue a comer manzanas.
El tercer cerdito , muy trabajador ,
opto por
construirse una casa de ladrillos y cemento.
Tardaría mas en construirla pero estaría mas
protegido. Después de un día de mucho trabajo, la
casa quedo preciosa. Pero ya se empezaba a oír los
aullidos del lobo en el bosque.
No
tardo mucho para que el lobo se acercara a las
casas de los tres cerditos. Hambriento , el lobo se
dirigió a la primera casa y dijo:
- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y
tu casa tirare!.
Como el cerdito no la abrió, el lobo soplo con
fuerza, y derrumbo la casa de paja. El cerdito,
temblando de miedo, salió corriendo y entro en la
casa de madera de su hermano.
El lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamo
a la puerta, y dijo:
- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y
tu casa tirare!
Pero el segundo cerdito no la abrió y el lobo soplo
y soplo, y la cabaña se fue por los aires. Asustados,
los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de
ladrillos de su otro hermano.
Pero, como el lobo estaba decidido a comérselos,
llamo a la puerta y grito:
- ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplare y
tu casa tirare!
Y el cerdito trabajador le dijo:
- ¡Soplas lo que quieras, pero no la abriré!
Entonces
el lobo soplo y soplo. Soplo con todas
sus fuerzas, pero la casa ni se movió. La casa era
muy fuerte y resistente. El lobo se quedo casi sin
aire.
Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no
desistía.
Trajo una escalera , subió al tejado de la casa y se
deslizo por el pasaje de la chimenea. Estaba
empeñado en entrar en la casa y comer a los tres
cerditos como fuera. Pero lo que el no sabía es que
los cerditos pusieron al final de la chimenea, un
caldero con agua hirviendo.
Y el lobo , al caerse por la chimenea acabo
quemándose con el agua caliente. Dio un enorme
grito y salió corriendo y nunca mas volvió.
Así los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y
tanto el perezoso como el glotón aprendieron que
solo con el trabajo se consigue las cosas.
Vamos al
original:
La historia comienza con una vieja puerca (eso pone) que tiene tres
cerditos. No tiene nada para darles de comer, así que les dice que se vayan de
casa y se busquen la vida. El mayor se larga, y se encuentra con un hombre que
va cargado con un montón de paja. El cerdito se la pide tan amablemente que el
caballero cede y le regala la paja para hacerse una casa el cerdo se hace una
casa con la paja mencionada, y al poco rato un lobo pasa por allí y huele a
cerdo (palabras textuales). Así que le pide al cerdito que le abra la
puerta. El cerdo mira por la cerradura, ve los dientes, y le dice que no le
abre, evidentemente. Lo que viene ahora nos lo sabemos todos; el lobo sopla y
tira la casa. En la versión edulcorada de Disney, el cerdo huye a casa de su
hermano, pero en la cruel realidad del cuento tradicional, el lobo se merienda
al cerdo.
La historia se repite con el segundo hermano, que se va de casa y esta vez lo
que le pide a un tipo que ve por la calle son hojas para hacerse su casa. El
hombre se las da, cómo no. Bien, llega el lobo, sopla, tira la casa y se come
al cerdo.
Con el tercero se repite el tema hasta la parte en la que el lobo sopla, porque
esta vez el cerdito ha construido su casa con ladrillos, y la casa no se
derrumba.
MITO: En el cuento que conocemos todos, los dos primeros cerditos se
construyen casas cutres porque son unos vagos y es más rápido y fácil hacer una
casa de paja que hacer una de ladrillo, y por eso el lobo se los come. La
moraleja es que el esfuerzo recibe recompensa y que ser un vago sale mal. Pues
bueno, por lo que se ve, en el cuento original, la moraleja de esta parte de la
historia es:
a) Si le pides cosas a desconocidos amablemente, te regalan lo que haga
falta.
b) Que vivas o mueras está completamente en manos de la suerte. Si te
encuentras al que lleva ladrillos, bien. Si te encuentras al que lleva paja,
disfruta de la vida porque te quedan dos telediarios.
Y en el cuento típico aquí se acaba el tema, pero en el original la cosa
continúa un rato:
El lobo ve que soplando no va a llegar a ninguna conclusión, así que decide
engañar al cerdo. Le dice que conoce un campo de nabos estupendo; que si
quiere, él le lleva. ¿Y por qué no? Que el lobo acabe de intentar comerle no es
impedimento para que de ahí pueda surgir una bella amistad, así que quedan a
las seis de la mañana del día siguiente. ¡Pero! ¡El cerdo no es tan estúpido
como parece! Se levanta una hora antes, se va él solo a buscar los nabos, y
para cuando el lobo llega a buscarle, el cerdo ya se ha comido los nabos y está
dentro de casa riéndose del pobre infeliz. El cerdo insulta abiertamente al
lobo, y éste se cabrea. Pero como sigue con su plan de zamparse al cerdo, le
dice que al día siguiente, si quiere, le lleva a un campo de manzanos, donde
hay unas manzanas estupendas. El cerdo dice que sí, y, de nuevo, se levanta
mucho antes para ir por su cuenta. El lobo aparece también antes de la hora,
pero solo llega a tiempo de pillar al cerdo cuando está volviendo a casa. El
cerdo ve al lobo a lo lejos y se da cuenta de que si no piensa algo, va a estar
criando malvas en menos de dos minutos, así que, después de un diálogo
extremadamente pasivo-agresivo, le lanza una manzana al lobo, para que éste
salga corriendo a buscarla y así poder meterse en casa.(En este punto de la
historia ya tenemos claro que el lobo es imbécil).
El lobo, cabreado hasta la médula, le dice al cerdo que si quiere ir con él a
la feria esa tarde., el cerdo, como siempre, le dice que sí, pero, utilizando
esa basura de truco que nos llevan vendiendo desde el principio del cuento, va
mucho antes de la hora a la que ha quedado con el lobo, y se lo pasa
estupendamente y se compra una mantequera llena de mantequilla. (Porque, por lo
visto, la gente feliz compra mantequeras). Cuando vuelve a casa, se encuentra
con el lobo, y para que no le coja, se mete en su recién adquirida mantequera.
Que cómo será el cacharro para que quepa un cerdo, pero bueno, cosas más raras
se han visto... el caso es que, adivina tú cómo o por qué -porque en el cuento
no te lo explican- el cerdo acaba rodando colina abajo dentro de la mantequera.
El lobo oye los golpes del cerdo rodando montaña abajo, y se asusta mucho.
El lobo vuelve a casa del cerdo, y le dice que siente mucho no haberle ido a
buscar para ir a la feria, pero que algo rodante que daba golpes le había
asustado. El cerdo le explica que era él metido en la mantequera, y el lobo se
siente tan humillado que ya no aguanta más y decide colarse en casa del cerdo
por la chimenea. Con tan mala suerte que el cerdito tiene un caldero con agua
hirviendo en el fuego, así que cuando el lobo cae en él, el cerdo tapa el
caldero, espera a que su visitante esté bien cocinado, y se lo come para cenar.
Balance:
1 madre cerda abandonadora.
2 hermanos cerdos muertos.
1 lobo hervido -y estúpido-.
1 cerdo vivo, contento, y probablemente gordísimo de tanto nabo, tanta manzana
y tanto lobo cocido.
Ya conocéis la “realidad” del cuento. Después de pararme a buscar y recopilar
tantas versiones de un mismo cuento , partiendo del actual , del que todos
hemos visto , (al menos yo cuando era pequeña tenía esta película en VHS y en
el colegio cuando estuve de prácticas también utilizaban este cuento
continuamente para los niños de infantil y se lo ponían en la pizarra digital )
, podemos ver como los cuentos folclóricos , debido a la trasmisión oral
cambian de una manera radical de una versión a otra . Ésto , no quiere decir
que la gente cambiara los cuentos aposta , pero lógicamente no podemos contar
los cuentos con los mismos detalles , de la misma manera etc , por eso generación
tras generación las personas que han contado todos los cuentos han ido modificándolos
de manera involuntaria. Menos mal que existen recopiladores como los que hemos
estudiado , de lo contrario no sabríamos todas las versiones que ha tenido un
mismo cuento y su evolución en la historia y en el tiempo.